jueves, 12 de marzo de 2015

METABOLISMO


La energía proveniente de la oxidación de las proteínas puede ser del orden del 3-18% del total de la energía requerida. La contribución de la proteína en la obtención de energía durante el reposo es nula y durante el ejercicio es mínima. No obstante, cuando el ejercicio se prolonga más de una hora o cuando se añaden circunstancias como el ayuno, el papel que juegan las proteínas adquiere importancia.

La determinación de urea en la sangre y el estudio del balance de nitrógeno en el metabolismo, dan idea de que la contribución de las proteínas en algunos ejercicios puede suponer hasta el 15% de la energía utilizada e incluso más.

En la siguiente imagen se muestra el metabolismo de las proteínas a lo largo del tubo digestivo, con la participación de enzimas especializados (pepsina, tripsina, quimiotripsina), las proteínas se degradan hasta convertirse en aminoácidos. 





una vez absorbidos los aminoácidos a nivel del intestino delgado, llegarán por la vía sanguínea al hígado o a las células de los tejidos. Es necesario recalcar que los tejidos "No almacenan" proteína como tal, como si lo hacen con las grasas (tejido graso o adiposo). Si hay un exceso de aminoácidos, éstos serán convertidos en carbohidratos o en grasas, procesos que ocurren en el hígado. Por otro lado, existe un intercambio constante de aminoácidos entre las células de los diferentes tejidos, proceso facilitado por la hormona de la corteza suprarrenal, el cortisol, denominada la hormona de la adaptación.

Una vez los aminoácidos se encuentran en el hígado, sufren una serie de procesos complejos para poder ser metabolizados. En primer lugar, para que los aminoácidos puedan servir como materia prima para la síntesis de enzimas y proteínas estructurales hepáticas, deben someterse a un proceso denominado "transaminación", que consiste en la conversión de unos aminoácidos a otros.

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